UN GRAN SISTEMA A MANTENER Y LA CALIDAD DE VIDA QUE ESTO CONLLEVA
Las personas que han leído mis artículos, notarán que hay en todos ellos un común denominador, y éste es la “gente”. Por qué digo esto, sencillamente la razón radica en que las instalaciones, equipos y sistemas son inanimados, operan y se mantiene cuando lo decidimos, somos nosotros a través de nuestros conocimientos los que le damos vida.
Muchas veces al frente de una gestión, colocamos a personas con poca o ninguna capacidad para manejarla, no me refiero a los técnicos que ejecutan el trabajo, sino a los que dan los lineamientos y establecen estrategias. Si estas personas no están claras qué es lo que vamos a mantener, y sobre todo cómo hacerlo, inevitablemente vamos rumbo directo al fracaso.
Hoy en día estamos viendo un deterioro progresivo de todo lo que signifique: desarrollo, bienestar, prosperidad, tranquilidad, en otras palabras “Calidad de Vida”, producto del estado de los servicios públicos, infraestructura y medio de producciones gubernamentales. En un artículo específicamente comenté, que al fallar un equipo éste puede afectar uno o varios de los siguientes factores: la vida, el ambiente, el equipamiento y la producción.
Ahora bien, cuando se interrumpe un servicio tan primordial como el eléctrico durante horas, incluso días; claramente está afectando además de ellos, la Calidad de Vida, ocasionándonos un costo psicológico; al ver que nuestros alimentos se dañan, el trabajo se interrumpe, la seguridad amenazada; ésta última, debido a que a la falta de un servicio tan necesario como éste, nos obliga a transitar por vías oscuras; y algo mas, no menos grave, que es la paralización del parque industrial.
Esta situación nos coloca en una posición indeseable, de total irresponsabilidad de quienes manejan un país como el nuestro. Este escenario es muy parecido a una gran combinación de engranajes de una instalación cualquiera, que cuando comienzan a faltar o dañarse dientes comienzan a producirse ruidos, vibraciones, recalentamientos; por analogía, si se mantiene una política errada con una alta gerencia de gente sin profesionalismo en las empresas del estado, y mientras un alto gobierno no tenga claro cuál es el “Gran Sistema a Mantener”, los dientes dañados de este gran sistema de engranajes que es «El país» ocasionará: desempleo, inseguridad, improductividad, estancamiento económico e inflación; pero sobre todo, un costo psicológico incalculable que estoy sin duda a equivocarme, nos produce: insatisfacción, impotencia, estrés, mal humor y por no decir, una “Gran Arrechera”.
Brau Clemenza