Quisiera comenzar comentando que he trabajado mas de veinticinco años en el área de mantenimiento; como investigador, consultor, conferenciante y profesor universitario; autor del libro “Cómo Desarrollar e Implantar un Sistema de Mantenimiento” lo cual sin ser jactancioso pienso que tengo suficientes credenciales para escribir este artículo “Cuando el Mantenimiento se Oscurece”. Trataré de ser muy concreto en un compartir con ustedes. Es profundamente lamentable y triste hacia dónde va el mantenimiento.
Éste ha entrado en un túnel, donde poco a poco, a medida que avanza, la oscuridad se va siendo más densa, arropándolo y dejándolo completamente ciego. Los últimos acontecimientos suscitados en el país relacionado con fallas graves muchas cuantificables o no, son el resultado de “cuando el Mantenimiento se Oscurece”, La falta de una cultura de Mantenimiento que una vez se respiraba, lentamente se ha ido perdiendo, y porque no, desapareciendo
Durante muchos años trabajé con dos empresas de tantas que conocí en Venezuela que contribuyeron a sembrar el interés por la cultura del mantenimiento. El Instituto Cuarto Nivel en la parte de adiestramiento y entrenamiento, y Sistemas 2K, c.a. en la parte de asesorías y consultoría de mantenimiento industrial. Con ellas, tuve la satisfacción de realizar trabajos en Interalúmina, ALCASA, VENALUM, SIDOR, GURI, PEQUIVEN, MINERVEN, HIDROCAPITAL, Metro de Caracas, todas empresas estatales, y otras como METOR, PRALCA, VENPRECAR, Grupo SIVENSA, etc. en su momento empresas mixtas y muchas otras privadas.
En ellas, se veía la gran preocupación y ocupación sobre la gestión del mantenimiento. La alta gerencia de esas empresas eran profesionales de una gran trayectoria, que valoraban lo importante de “Saber Mantener” y entendían que más allá del impacto al ocurrir una falla sobre la producción y equipamiento, estaba principalmente la vida de la personas y el ambiente.
Durante muchos años presencié el interés por la Confiablidad Operacional de una planta, y que involucraba muchas actividades, siempre enmarcadas a minimizar las fallas del equipamiento y su impacto. Ahora bien, que nos pasó, por qué hemos caído en un escenario donde ya no salimos de nuestro asombro con la aparición de tantos eventos, que son muy dolorosos, lamentables y tristes, y cada día vemos, por la rapidez que aparecen, que uno tapa al otro. Posiblemente, esto es debido a que el Mantenimiento ha ido oscureciéndose y con él, nosotros.
Ahora bien, en uno de mis artículos escribí “Las Fallas y sus Consecuencias” y comentaba que el evento falla, puede aparecer por una o varias de las siguientes razones:
- Fallas inherente a los equipos,
- Corrosión,
- Fatiga,
- Desgaste,
- Mala o falta de políticas de mantenimiento,
- Mal o inadecuado mantenimiento,
- Mala calidad de los materiales,
- Sobrecargas,
- Mala ejecución de los trabajos,
- Distracción o inobservancia de normas de quien ejecuta los trabajos, ocasionado mala calidad de los mismos, causas externas y por último, el sabotaje.
Cubrirse en éste último raya de ridículo e irresponsable de quienes están al frente de los “medios políticos de producción” por qué lo llamo así, simplemente, debido a que como dice el refrán “zapatero a sus zapatos”, hay personas que han confundido la responsabilidad de un trabajo con la obediencia pusilánime politiquera, olvidando el por qué están allí, y no es mas que, la de producir manteniendo la máxima seguridad y confiablidad operacional que contribuyan a minimizar los accidentes y que bueno sería, desaparecerlos.
Los últimos acontecimientos ocurridos, por decir los de mayor impacto, uno la contaminación del rio Guarapiche, y el segundo, el de Amuay, sin menospreciar los de la infraestructura del país y por supuesto el servicio eléctrico, han dejado al descubierto el caradurismo de un gobierno que superpone la permanencia de una ideología sobre la calidad y seguridad de las instalaciones y la vida. Mezclar el profesionalismo con la política, recién acabamos de ver, es una dupla extremadamente peligrosa.
Decir que lo ocurrido en Amuay, o en las instalaciones petroleras del estado Monagas-Guarapiche se debió a eventos fortuitos o sabotajes, es el mayor acto de irresponsabilidad de quienes manejan la industria petrolera del país. Nadie sabe o muy pocos saben que está pasando dentro de nuestra industria petrolera en cuanto a accidentes, mantenimiento, inversiones y adiestramiento, por decir algo. Tenía años pensando, y últimamente creyendo que con un crecimiento acelerado de incidentes y accidentes en nuestra industria petrolera e infraestrucura de servicios no se hayan presentado hecho de tanta gravedad, y que esto solo se debía a que estaba custodiada por ángeles; pero, hasta ellos corren cuando el mantenimiento comienza a oscurecerse.
Nuevamente notamos con preocupación los eventos suscitados por falta de mantenimiento en nuestra industria petrolera. El primer evento, un rayo que impacto sobre las instalaciones de “El Palito” lo cual produjo por varios días un incendio que colocó en situación de riesgo a los habitantes aledaños a este complejo. Recordemos lo que comenté en uno de mis artículos “Hay que darle al Mantenimiento el sitial de importancia que se merece”, pero por los hechos, pareciera que el mantenimiento sigue perdido o sin rumbo en el país.
En mantenimiento, como ya habíamos comentado de fallar un equipo, sistema o instalación, puede impactar a las personas, ambiente, equipos y producción, pero no podemos pasar por alto algo que un gobierno y porque no decirlo muchas personas no asimilan y éste es “El Costo Psicológico ’. La desaparición de una vida no la podemos cuantificar, al igual que estar viviendo con una angustia diaria de que en una instalación pueda presentarse un evento que impacte nuestras vidas, máxime cuando está presente y aún se recuerda el lamentable suceso de Amuay.
Regresando al primer evento comentado, el incendio causado por un rayo en las instalaciones de El Palito, quisiera decirles, que al igual que todo, un sistema de pararrayo también necesita mantenimiento con una frecuencia anual.
- Revisión del Cabezal Pararrayos.
- Comprobación del amarre y posible oxidación del mástil.
- Revisión de cable conductor del pararrayos. Comprobar amarre, conectores y tubo de protección.
- Revisar la Toma a tierra. Comprobar amarres, conectores y medida de la resistencia de la misma, que no deberá sobrepasar los 10 ohm (ver UNE 21.186). En su caso, mejorar la toma a tierra actual, o aumentar su tamaño o número.
- Contador de rayos, en caso de existir en la instalación.
- Área de cobertura del pararrayos. Comprobar que ningún elemento nuevo ha variado las condiciones del estudio de instalación del Pararrayos original.
- Chequeo del protector contra sobre tensiones, que protege la instalación.
Como podemos observar también hay un protocolo de mantenimiento para los pararrayos, en consecuencia, no podemos aceptar esta excusa y echarle la culpa al pobre rayo por el accidente ocurrido.